martes, 7 de abril de 2020

Martes, 7 de abril de 2020


"Sobre el telón de fondo constituido por los miedos cotidianos [...] se destacaban, con intervalos más o menos próximos, episodios de pánico colectivo, especialmente cuando una epidemia se abatía sobre una ciudad o una región. En Europa lo más frecuente es que se tratara de la peste, sobre todo  durante los cuatro siglos que corren de 1348 a 1720". p.129.

"[...] en cambio era juicioso quemar los tejidos, sobre todo los de lana, en las casas contaminadas. Y es verdad que era preciso, a ser posible, huir o, en su defecto, aislar y aislarse. Sobre todo esto, porque la peste bubónica daba lugar frecuentemente a una complicación neumónica secundaria. El sentido común popular tenía, pues, razón en este punto frente a los 'sabios' que se negaban a creer en el contagio. Y fueron, finalmente, las medidas cada vez más eficaces de aislamiento las que hicieron retroceder el azote". p. 134.

"Al describir, sobre la base de las mejores fuentes, la peste que asoló Milán en 1630, Manzoni, en Los novios, observa que la epidemia, confinada al principio en los barrios pobres, ganó luego el resto de la ciudad: 'La obstinación de los incrédulos cedió al fin ante la evidencia, sobre todo cuando se vio que a epidemia, concentrada hasta entonces en el pueblo, se difundía y alcanzaba cada vez más a personajes más conocidos'". p.140.

"Cuando aparece el peligro del contagio, al principio se intenta no verlo. Las crónicas relativas a las pestes hacen resaltar la frecuente negligencia de las autoridades cuando había que tomar medidas que imponía la inminencia del peligro, aunque no deja de ser cierto que, una vez desencadenado el mecanismo de defensa, los medios de protección fueron perfeccionándose  en el curso de los siglos." p.141

[...] Las mismas actitudes colectivas reaparecieron en París durante el cólera de 1832. El jueves de la tercera semana de cuaresma Le Moniteur anunció la triste noticia de la epidemia que empezaba. Pero al principio se negaron a creer a este periódico demasiado oficial. H. Heine cuenta:

Como era el jueves de la tercera semana de cuaresma, como hacía un sol espléndido y un tiempo delicioso, los parisinos se divertían con toda su jovialidad en los bulevares en los que incluso se vieron algunas máscaras que, parodiando el color enfermizo y la cara descompuesta, se burlaban del temor al cólera y de la enfermedad misma. Durante la noche de ese mismo día, los bailes públicos estuvieron más frecuentados que nunca: las risas más presuntuosas cubrían casi la ruidosa música; se animaban mucho con los chahut, danza más que equívoca; se engullía toda clase de helados y de bebidas frías cuando, de pronto, el más vivaracho de los arlequines sintió demasiado frío en las piernas, se quitó la máscara y descubrió ante el asombro de todo el mundo un rostro de un azul violáceo". p. 143.


Fuente: Amazon.

 [Edit.] Al retomar la lectura de este gran historiador francés, lo hice sin saber que su fallecimiento ocurrió el 13 de enero de 2020, a los 96 años.

 

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