martes, 31 de enero de 2017

Descubriendo el Albayzín. Leyendas y rincones. X. La Casa de la Columna.

      Retomamos la sección en su décima entrega con una preciosa leyenda de amor y esperanza: La Casa de la Columna.

      Hacía ya dos años que Boabdil había abandonado Granada en 1493. Con él marcharon al exilio en África los más leales a su persona, quedando sin embargo, algunas gentes que prefirieron quedarse en su antigua tierra.

       La leyenda cuenta que Audallah, perteneciente a la tribu de los Gomérez, acompañó a su rey dejando en Granada a su gran amor Leila, quien no podía dejar la ciudad puesto que su padre estaba anciano y no sobreviviría a un viaje tan penoso. Él le dijo antes de partir que no perdiera la esperanza de volver a encontrarse. La separación fue larga y dolorosa, y mientras él marchaba con su rey, ella vertía lágrimas desconsoladas apoyada en un gran ajimez [1] de mármol blanco.
   

Ventana con arabescos en el mirador de Lindaraja, dentro del palacio de los Leones. La Alhambra. Autor: Javier Carro [Wikimedia]

       Pasó un año entero de triste separación en el cual, la joven Leila pasaba las horas apoyada en el ajimez con melancolía. Un día reparó en que sobre dicha ventana partida por una columna, había anidado una pareja de golondrinas y que una de aquellas aves tenía una cinta alrededor del cuello. En dicha cinta había una inscripción que decía: “La ausencia mata, pero siempre aguardo”. Su dicha fue inmensa y esperó al otoño, época de migración de estas aves, para colocar al cuello otra cinta con estas palabras: “Esperar es vivir”. Esperaba con ello que el mensaje llegara hasta su amor en tierras africanas.
  
       Sin embargo, llegó la primavera y volvieron las golondrinas sin mensaje alguno. La joven doncella enfermó de tristeza. Así pasaban los días hasta que Audallah harto de la distancia y la añoranza por su bella Leila y la ciudad de sus ancestros, volvió para hacerla su esposa

       Más tarde, se dice que para poder vivir en la ciudad debieron convertirse al cristianismo, pero sea lo que fuere, se casaron finalmente.

       Se comenta también que desde entonces la Casa de la Columna, que se ubica junto al convento de Santa Isabel, es el hogar favorito de las golondrinas y su precioso ajimez, que aún hoy se conserva.

La Casa de la Columna. Autor: www.leyendasdecastillos.com.


[1] Ventana arqueada, dividida en el centro por una columna (RAE).


¡Feliz semana!

E. Capel.
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martes, 24 de enero de 2017

Descubriendo el Albayzín. Leyendas y rincones. IX. El estanque encantado.

     Esta semana retomamos la sección Descubriendo el Albayzín, con una leyenda que data de la entonces reciente conquista de Granada por parte de los cristianos, a finales del siglo XV. Se titula: El estanque encantado.

     En aquella época, fueron diversas las expropiaciones y posteriores repartos de bienes muebles e inmuebles tras la expulsión y relevo en el poder de los árabes. Entre los cristianos que entonces fueron premiados con propiedades, se encontraba un escudero llamado Martín Lozano, servidor del que sería el último maestre de la Orden de Santiago, Alonso de Cárdenas. Dicho escudero vivía en una estrecha callejuela cercana a Plaza Larga, junto a su hija María y una tía llamada Marcela. Cerca de la vivienda, se hallaba deshabitado un antiguo palacio árabe que había pertenecido a un tal Aben Munuza.

Cuesta de la Alhacaba. Autor: Claudio Landi [Wikimedia]

     Una noche, la hija de Martín Lozano se asomó a la pequeña ventana que había en su alcoba y que daba al jardín del palacio deshabitado. Lo que vió la maravilló: un jardín repleto de vida con un estanque de agua cristalina, y en el mismo, un joven y apuesto hombre. Nerviosa ante tal visión, cerró la ventana e intentó conciliar el sueño sin conseguirlo. Al despuntar el alba, quiso comprobar de nuevo si lo que había visto la noche anterior era fruto de una ensoñación o se trataba de algo real. Descubrió algo bien distinto a lo presenciado la noche anterior: un jardín abandonado e inhóspito, y una alberca sucia y cenagosa.

      Al caer el día, volvió a abrir el ventanuco y volvió a maravillarse de nuevo con otra visión bucólica del jardín. En esta ocasión, el mozo se le acercó y empezó a cortejarla, ofreciéndole todas sus riquezas a cambio de su cariño y afecto. Sin embargo, María era una cristiana devota que no podía mantener relación alguna con el infiel, por lo que con pudor rehusó sus atenciones y se retiró de la ventana. Pero a la noche siguiente la tentación pudo más y nuevamente abrió su ventanilla, siendo los encuentros frecuentes a partir de ese momento.

      Empezaron entonces a correr rumores por el Albaicín de que se oían extraños ruidos en la Casa del Moro, como la nombraban en el barrio, por lo que su padre Martín decidió vigilar para averiguar que pasaba, pero solo encontró a su hija durmiendo en la cama. Por lo que tanto el padre como la tía, llegaron a la conclusión de que todo era obra de los espíritus.

      Un día, el escudero quiso casar a su hija María con un conocido del barrio. Ella temerosa de perder a su amante nocturno, le explicó a este los planes casaderos que le tenían preparados. El joven la tranquilizó diciendo que se encargaría de que dichos planes no llegaran a buen puerto. Pero los días corrieron, y la noche anterior al día fijado para la boda, tuvo lugar una celebración previa en casa del escudero. Entonces se produjo un fuerte movimiento sísmico que hizo que se derrumbara parte del palacio, quedando al descubierto el jardín misterioso con su prístino estanque y un guerrero de reluciente armadura. Una fuerza misteriosa atrajo a María hasta el palacio, su padre Martín y su tía, y nunca más se supo de ellos. Al día siguiente, tanto la casa del escudero como el palacio del árabe estaban derruidos por completo. La alberca quedó igualmente destruida y solo se mantuvieron en pie unos pocos vestigios de su antigua presencia. Desde entonces se le llamó el Estanque encantado.

     Se cuenta que el pobre novio sintiéndose burlado, ingresó en una orden religiosa para consagrar su vida a Dios.

     También se rumorea, que tanto los amantes como el padre y la tía, salieron por un camino subterráneo debajo de dicho estanque, marchando a las Alpujarras.


Plaza Larga. Autor: Jeny [Wikipedia].

¡Feliz semana!

E. Capel

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martes, 17 de enero de 2017

Descubriendo el Albayzín. Leyendas y rincones. VIII. El Carmen.

      En esta octava entrega de Descubriendo el Albayzín: Leyendas y rincones, vamos a hablar de algo innegablemente autóctono: el Carmen. Es una casa típica granadina, más concretamente del Albaicín y del Realejo. De origen árabe, cuenta con un espacio cerrado al exterior, cercado por altas tapias, con vegetación frondosa. “Karm” significa literalmente “parra” o “viña”, pero en sentido simbólico sería algo así como “vergel”.

      Eépoca islámica, estas viviendas se encontraban algo alejadas del casco urbano, utilizándose más como huertas de recreo que como explotación agrícola, con vivienda, jardín y huertos, fuentes, albercas y en sus inicios, plantaciones de vid.

Carmen de la Estrella. Autor: Daniel Villafruela (Wikipedia),

     El Carmen comenzaría a adquirir un carácter más urbano a partir de principios del siglo XVII, como consecuencia de la sublevación de los moriscos (1568) iniciada desde el Albaicín. Su población sería expulsada masivamente, y la consiguiente despoblación propiciaría la ocupación del barrio por parte de los cristianos. Estos solían comprar varias de las pequeñas casas musulmanas, uniéndolas y formando un único Carmen, donde el espacio arquitectónico y el espacio verde, este último con jardín y huerto, serían ya sus rasgos más característicos.

      Sin embargo, la actual tipología del “carmen granadino” se forjó a finales del siglo XVIII y comienzos del XIX, con un carácter fuertemente romántico. La mayor parte de los cármenes que se conservan hoy en día pertenecen a esta época. Tenemos muchos ejemplos tales como el Carmen de la Victoria, propiedad de la Universidad de Granada, siendo el único Carmen público; el Carmen de los Mártires, declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en la categoría de Jardín Histórico en 1943; o el Carmen de la Fundación Rodríguez Acosta, modernista y art decó, se encuentra situado en la colina de Mauror, siendo este y los jardines declarados Monumento Histórico Nacional en 1982, pasando posteriormente a ser Bien de Interés Cultural (BIC).

Carmen Fundación Rodríguez Acosta. Autor: Pepepitos (Wikipedia).

      Este tipo de viviendas solía ser y es, un pequeño paraíso para su dueño. Evoca la contemplación de la naturaleza y la vida sencilla, donde el agua que fluye en fuentes y albercas juega un papel fundamental.

     Terminamos con la definición que el poeta barraco granadino Pedro Soto de Rojas (1584-1658), diera de Granada entera comparándola con un Carmen: “paraíso cerrado para muchos, jardines abiertos para pocos”. No en vano, sabía de lo que hablaba, pues vivía en el Carmen de los Mascarones en la calle del Agua.

¡Feliz semana!
E.Capel


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martes, 10 de enero de 2017

Descubriendo el Albayzín. Leyendas y rincones. VII. Puerta Nueva o de las Pesas.

     Una semana más volvemos con uno de los rincones más conocidos del Albaicín: Puerta Nueva o de las Pesas, ubicada junto a Plaza Larga, (ésta última construida en 1576). Esta puerta daba acceso a la Qasabat Al-Qadima o Alcazaba Vieja y la comunicaba con el Rabat Al-Bayyatin o Albayzín.

Puerta de las Pesas. Autor: Pepepitos [Wikipedia]

     El nombre de este acceso al barrio proviene de época cristiana. Las pesas defectuosas o fraudulentas del mercado de la carne, eran retiradas a los comerciantes y expuestas en la parte superior del arco de la Puerta, aunque se dice que esta práctica era ya común en época musulmana. Actualmente, si se mira con detenimiento, se observa que aún se conservan algunas de estas pesas, junto a una balanza de las llamadas "romanas".

Detalle pesas colgadas. Autor: http://invitarte.fotolibre.net/

     Se ha considerado que en la zona en la que se ubica la Puerta de las Pesas correspondía al corazón de la romana Iliberri, puesto que gracias a los restos arqueológicos encontrados en los alrededores, se ha podido establecer la existencia del Foro y la Basílica de la antigua ciudad hispanorromana. Esta Puerta fue construida con posterioridad, en época del rey zirí Badis en el siglo XI. Con el tiempo, empezó a tomar forma la superstición de que a través de ella entraría la destrucción al Albaicín, por lo que se decidió cerrarla, hasta que en el año 1573 ya en época cristiana, fue abierta definitivamente. Es a partir de entonces cuando en la explanada de la Plaza del Albaicín se instalan un matadero, una carnicería y unos lavaderos públicos. Esta zona se convirtió así en un importante centro del barrio, tras la guerra de los Moriscos.


     Una lápida colocada al lado de la puerta reza lo siguiente: “Esta plaza, y el matadero y carnicería y lavadero de este Albaicín se ha hecho de hacienda a Su Majestad, por orden de los señores de su Consejo, siendo uno de ellos el corregidor de ésta y general, el muy ilustre señor Arévalo de Suazo, comendador de Santiago, y el muy ilustre señor Tello González de Aguilar. Año de 1576”.

¡Hasta la semana que viene!
E. Capel
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martes, 3 de enero de 2017

Descubriendo el Albayzín. Leyendas y rincones. VI. La leyenda del Aljibe de la Rábita o de la Vieja.

      Volvemos  con la leyenda del Aljibe de la Rábita o de la Vieja. La rábita era una fortaleza militar o religiosa en época musulmana, pero también se puede referir a una ermita o convento. Dicho aljibe, se encuentra situado cerca de la Plaza de las Castillas, en el Alto Albaicín y da nombre también a la calle Aljibe de la Vieja, que viene dado por la famosa leyenda que os narramos a continuación.



Calle Aljibe de la Vieja. Autor: Alberto Granados.

      En dicho aljibe, se ubicaba el huerto de una mujer mayor y solitaria llamada María Tomillo. La pobre mujer estaba obsesionada con una higuera de su huerto, vigilando el árbol día y noche y no dudando en lanzar piedras a todo aquel que osara acercarse. Se dice que los frutos que daba eran especiales por su dulce sabor. Sin embargo, todo aquel que se atreviera a robar uno solo de los higos de María Tomillo, moriría al probarlo.

      Era tal su celo, que llegó a invocar al mismísimo Diablo para venderle su alma a cambio del sabor dulce de sus higos, sería amargo para que nadie se atrevería a robarle nunca más. Al poco tiempo se halló su cuerpo sin vida junto a su preciada higuera, y fue a partir de ese momento cuando empezaron a propagarse extraños rumores.

      Se decía que una vez que sonaba la última campanada de la Vela anunciando la media noche, se escuchaban gritos provenientes del antiguo huerto. Los valientes que se habían acercado, aseguraban que se podía ver a su antigua dueña danzar y cantar alrededor de la higuera junto a sombras de ultratumba hasta el amanecer, mientras del árbol salían frutos de oro y diamantes. Cuando la noche dejaba paso al día, la mujer se transformaba en lechuza y desaparecía atravesando el aljibe, yéndose las sombras con ella. 

      Llegó a propagarse dicha leyenda con tal fuerza, que en cierta ocasión se mandó a unos soldados para averiguar que estaba sucediendo exactamente, quedando los pobres malheridos y sin aliento, al encontrarse con un esqueleto que los hizo correr sin descanso hasta alejarse del lugar. 

      Con el tiempo, también se rumoreó que María Tomillo en realidad era la mujer del alguacil, que además estaba metido en el contrabando de oro, tomando peso la teoría de que toda esta historia había sido un montaje.

      Sea como fuere, la leyenda termina así: “Por mucho que trabajen, el alma condenada de María Tomillo estará dando sus encantados frutos hasta la consumición de los siglos…”  

Aljibe de la Vieja o de la Rábita. Autor: granada.org

¡Feliz Año Nuevo y hasta la semana que viene!

E. Capel



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