miércoles, 24 de diciembre de 2014

Historia de Navidad.

     Maldito espíritu de la Navidad... este año me ha tocado la fibra sensible hasta a mí, la que siempre intenta pasar de puntillas en estas fechas.

     Como no me gusta guardarme las cosas para mí, me puse a buscar historias extraordinarias sobre estas fechas; pero también estoy leyendo bastante estos días sobre la Primera Guerra Mundial, a raíz en parte del centenario que se ha estado celebrando a lo largo de este año. Resumiendo, convergieron ambas ideas y pensé en esta historia de Navidad en época de guerra que tanto me llegó al corazoncito. Puede que algunos ya la conozcáis, para los que no, allá va.

     Tradicionalmente se ha considerado el 28 de junio de 1914, como el inicio de la Gran Guerra o Primera Guerra Mundial, con el asesinato en Sarajevo del archiduque Francisco Fernando, heredero a la corona austro húngara. Sin embargo, el rearme y el malestar general venían fraguándose desde tiempo atrás. Sea como fuere, se acababa así con un siglo de paz desde las Guerras Napoléonicas, donde también estuvieron implicadas todas las potencias europeas en mayor o menor grado.

     La historia de Navidad sucedió en este contexto bélico y fue tapada intencionadamente por miedo a la confraternización entre ambos bandos: la Triple Entente (británicos y franceses principalmente, y a partir de 1917 también Rusia); y la Triple Alianza (Alemania, Austria-Hungría e Italia). Se llamó la Tregua de Navidad de la Primera Guerra Mundial. Solo se han conservado algunas cartas de soldados a familiares que comentaron lo acontecido y se llegó a publicar en el periódico The Daily Mirror, pero poco más.


Fuente: rpp. Créditos: The Daily Mirror.


     Todo empezó en el frente occidental, en las trincheras de Bélgica por el bando alemán, la Nochebuena de 1914, los soldados empezaron a decorar con luces navideñas su posición y a cantar villancicos. Desde el otro lado, británicos y franceses escuchaban en silencio, hasta que se arrancaron también a cantar en sus lenguas nativas, y los escoceses empezaron a tocar sus gaitas. Este espíritu de tregua se trasladaría a otros frentes.

     Se felicitaron mutuamente la Navidad, y en tierra neutral empezaron el intercambio de cigarrillos, alcohol y comida. A pesar de ser un alto al fuego no oficial, al día siguiente ambos bandos pudieron recuperar a sus muertos y sepultarlos. 


Tregua fumando. Fuente: Taringa.

     Se llegó incluso a celebrar un partido de fútbol amistoso entre alemanes y británicos, que ganaron los primeros 3-2.


Primer partido ganado por la "selección germana". Fuente: batallas de guerra.

     Se cuenta que en algunos puntos del frente, esta tregua llegó a prolongarse hasta Año Nuevo e incluso hasta bien entrado el mes de enero, pese a que en otras zonas solo duró el 24 y 25 de diciembre.

     Los altos mandos de ambos bandos castigarían a algunos oficiales y prohibirían tajantemente que en futuras navidades se diera lugar a otra tregua similar. Dicen que Adolf Hitler, un joven soldado en el 16º Regimiento de Infantería Bávara en Ypres, ya criticó duramente este gesto dentro de la barbarie. Su odio ya era latente por aquel entonces. Algunas unidades serían desmembradas a otras regiones e incluso hubo soldados que fueron ejecutados. 

     Prefiero terminar esta historia con la sensación de que aun puede haber algo de humanidad dentro de tanta sinrazón. 

     Sobre esta curiosa tregua, Paul McCartney cantaría Pipes of Peace, en 1983.




En el blog Batallas de guerra, hay un post justo de hace un año muy bien escrito que os dejo aquí. 

¡Felices fiestas y sed buen@s!

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