1.
Florista. Debe ser precioso estar rodeada de
flores todo el día. Un derroche de color y olor oigan. Pedacitos de felicidad en cada
flor.
2.
Correctora editorial. Un trabajo en la sombra: una montaña de libros por leer, un sofá calentito y orejero, la lluvia
golpeando el cristal y un gato ronroneando en mi regazo, un gustazo sensitivo y también una estampa estereotipada de malvado de película. El postureo llevado a su máxima expresión.
3.
Guía de museos o exposiciones. Aprenderte un
guión y a partir de ahí, enriquecer tu discurso estudiando sobre personajes,
obras, anécdotas. La parte negativa de este trabajo son, siendo buenos, el 50 por ciento de los visitantes: mezcla de individuos que les viene al pairo estar allí, pero por circunstancias que se les escapan acaban estando (pareja o familiar cansino que quería asistir y lo arrastró consigo, por ejemplo); hipsters que asisten porque en ese momento es la exposición de moda o alternativa del momento; o simplemente gente que se creen entendidos en la materia (en cualquier materia, en realidad), y necesitan dejarlo patente delante de una multitud, a la vez que intentan dejar en evidencia al guía, aunque den mucha vergüenza ajena, de eso nunca se percatan. Sin embargo, aunque solo fuera por un 5 por cierto de los asistentes interesados, creo que ya merece la pena este trabajo.
4.
Dependienta de librería. Si, un rollo la parte
de trabajo de almacén y mula de carga, pero sería un mal menor ante la
diversidad y cantidad de libros con los que estaría en contacto. La satisfacción de aconsejar y atender al
público que entrara en la tienda es gratificante. Organizaría actividades
alternativas: cuenta cuentos, presentaciones de libros, recitales o concursos literarios.
5.
Probadora de hoteles de ultra-mega-súper lujo.
Sí, existe. Este "trabajo" lo desempeñaría solo una temporada, abusar de las cosas buenas también cansa.
Probar sus spas, restaurantes, piscinas, jacuzzis… pequeños sacrificios que
estaría dispuesta a asumir.
6.
Maquilladora de difuntos. No se mueven y no se
quejan si al aplicarles maquillaje le pegas un pellizquito sin querer. Un trabajo
tranquilo y respetable, además me he enterado de que se gana bien, no muchos
están dispuestos a desempeñarlo. Pero que nadie se lleve a engaño, considero que es un trabajo muy respetable y como tal hay que tratarlo.
Fuente: Mary Vernia en Youtube.
No hay comentarios:
Publicar un comentario