domingo, 28 de diciembre de 2014

7 propósitos de Año Nuevo y un plus de relatividad.

1. No dejar para el lunes las cosas, mejor las planteo un domingo y así tengo un día más para aplazarlas. No hay nada como una buena planificación.

2. Que el frío no me venza en mi cruzada anti-michelines para salir a andar, deporte supremo de jubilados, gente a la que no nos gusta sudar con gente ajena alrededor en un recinto cerrado y familias domingueras.

3. No dejarme seducir tanto por los ojitos amorosos del chocolate, dulces y sucedáneos. A Mafalda pongo por testigo que no os abandonaré, pero debo empezar a tomar un poco de distancia entre nosotros, por mi salud y mi futura diabetes en la ancianidad.

4. El inglés… el maldito inglés. Tengo dos opciones: urdir maléficos planes para que España vuelva a ser la primera potencia mundial, imponiéndose así el español como primera lengua oficial planetaria; o retomar por milésima vez el idioma de Elisabeth Queen II, aunque espero que no tengamos que llegar a entendernos mutuamente en un futuro, a la pobre mujer podría darle un sofoco monárquico.  

5. Sonreír más. Creo que nunca es suficiente y se me olvida con frecuencia.

6. Visitar y llamar con más frecuencia a mis mayores. No me gusta pensarlo mucho, pero siendo objetivos, en 20 años no estarán en este mundo y hay que aprovechar todo lo que se pueda el tiempo, para disfrutar de su compañía e historietas fascinantes.

7Aprender a relajarme. Ja… Es un planteamiento como otro cualquiera, así que tampoco nos pongamos serios. Decirme que me relaje, es como pedirle al mundo que no haya guerras e injusticias: se puede mejorar, pero no eliminar del todo.

+ No tomarme demasiado en serio esta lista (excepto el punto 6). Por tanto asumo que mi trasero tiene un estándar más ancho que la media y que hay cosas que suceden en el mundo sin que yo pueda controlar, pero lo que esté en mi mano puedo mejorarlo, solo que hay veces que necesito intentarlo un poco más.


¡Sed felices y feliz año!

Fuente: Quino.

miércoles, 24 de diciembre de 2014

Historia de Navidad.

     Maldito espíritu de la Navidad... este año me ha tocado la fibra sensible hasta a mí, la que siempre intenta pasar de puntillas en estas fechas.

     Como no me gusta guardarme las cosas para mí, me puse a buscar historias extraordinarias sobre estas fechas; pero también estoy leyendo bastante estos días sobre la Primera Guerra Mundial, a raíz en parte del centenario que se ha estado celebrando a lo largo de este año. Resumiendo, convergieron ambas ideas y pensé en esta historia de Navidad en época de guerra que tanto me llegó al corazoncito. Puede que algunos ya la conozcáis, para los que no, allá va.

     Tradicionalmente se ha considerado el 28 de junio de 1914, como el inicio de la Gran Guerra o Primera Guerra Mundial, con el asesinato en Sarajevo del archiduque Francisco Fernando, heredero a la corona austro húngara. Sin embargo, el rearme y el malestar general venían fraguándose desde tiempo atrás. Sea como fuere, se acababa así con un siglo de paz desde las Guerras Napoléonicas, donde también estuvieron implicadas todas las potencias europeas en mayor o menor grado.

     La historia de Navidad sucedió en este contexto bélico y fue tapada intencionadamente por miedo a la confraternización entre ambos bandos: la Triple Entente (británicos y franceses principalmente, y a partir de 1917 también Rusia); y la Triple Alianza (Alemania, Austria-Hungría e Italia). Se llamó la Tregua de Navidad de la Primera Guerra Mundial. Solo se han conservado algunas cartas de soldados a familiares que comentaron lo acontecido y se llegó a publicar en el periódico The Daily Mirror, pero poco más.


Fuente: rpp. Créditos: The Daily Mirror.


     Todo empezó en el frente occidental, en las trincheras de Bélgica por el bando alemán, la Nochebuena de 1914, los soldados empezaron a decorar con luces navideñas su posición y a cantar villancicos. Desde el otro lado, británicos y franceses escuchaban en silencio, hasta que se arrancaron también a cantar en sus lenguas nativas, y los escoceses empezaron a tocar sus gaitas. Este espíritu de tregua se trasladaría a otros frentes.

     Se felicitaron mutuamente la Navidad, y en tierra neutral empezaron el intercambio de cigarrillos, alcohol y comida. A pesar de ser un alto al fuego no oficial, al día siguiente ambos bandos pudieron recuperar a sus muertos y sepultarlos. 


Tregua fumando. Fuente: Taringa.

     Se llegó incluso a celebrar un partido de fútbol amistoso entre alemanes y británicos, que ganaron los primeros 3-2.


Primer partido ganado por la "selección germana". Fuente: batallas de guerra.

     Se cuenta que en algunos puntos del frente, esta tregua llegó a prolongarse hasta Año Nuevo e incluso hasta bien entrado el mes de enero, pese a que en otras zonas solo duró el 24 y 25 de diciembre.

     Los altos mandos de ambos bandos castigarían a algunos oficiales y prohibirían tajantemente que en futuras navidades se diera lugar a otra tregua similar. Dicen que Adolf Hitler, un joven soldado en el 16º Regimiento de Infantería Bávara en Ypres, ya criticó duramente este gesto dentro de la barbarie. Su odio ya era latente por aquel entonces. Algunas unidades serían desmembradas a otras regiones e incluso hubo soldados que fueron ejecutados. 

     Prefiero terminar esta historia con la sensación de que aun puede haber algo de humanidad dentro de tanta sinrazón. 

     Sobre esta curiosa tregua, Paul McCartney cantaría Pipes of Peace, en 1983.




En el blog Batallas de guerra, hay un post justo de hace un año muy bien escrito que os dejo aquí. 

¡Felices fiestas y sed buen@s!

lunes, 15 de diciembre de 2014

Los bebés que fueron al Limbo.

Los bebés que no nacen o mueren al poco de nacer, ¿a donde va a parar su alma?

Mi mamá siempre pensó que iban al Limbo, una suerte de sitio entre el bien y el mal, donde las almas de los más pequeños pueden quedarse. Unos largo tiempo, esperando reunirse con sus papás y mamás; otros para volver reencarnados a este mundo.

Pero hay gente que dice que se convierten en angelitos, así pasan a formar parte del imaginario popular, con sus hermosas y níveas alas, siempre con caritas sonrosadas, regordetas, y por supuesto, con una sonrisa juguetona.

Yo pasé a formar parte de esos seres semimágicos no hace mucho, y con poco tiempo de vida dentro del vientre de mi mamá, apenas cumplidas las diez semanas, mi corazón se paró, en mi hoja de ruta la línea de la vida venía corta.

Sin embargo, a pesar del dolor que mis papás sufrieron al perderme, otros progenitores apenas vieron la carita de su bebé al nacer, para este salir volando al Limbo con sus delicadas alas de angelito. Otros a los meses, incluso algunos a los pocos años de vida, volaron también.

Pero quiero decirte mamá, papá y otros papas y mamas: no lloréis, siempre seremos vuestros angelitos. Donde estamos no hay cabida para el dolor o el llanto. Y volvamos o no a reencarnarnos, nos encontraremos, nuestras almas están conectadas y formamos parte de la misma ruta de la vida. 

Levantaros, de vez en cuando recordadnos con una velita y coged fuerzas, aun os queda mucha vida, muchas cosas buenas que hacer, incluso algunos tenéis que poneros manos a la obra para hacer hermanitos y hermanitas que sí estarán hasta el final de vuestros días en este mundo.

Recordad, que desde que cobramos vida hasta que esta se nos apagó, por muy corta que fuera, sentimos vuestro amor. Eso es lo que nos llevamos, seguís teniendo mucho, compartidlo, solo así se hará más grande. 



Autor: Quino.


Para J y T, y para todas aquellas personas que tienen algún "angelito" en su familia.

viernes, 12 de diciembre de 2014

6 trabajos que me gustaría desempeñar cuando sea mayor.

1.       Florista. Debe ser precioso estar rodeada de flores todo el día. Un derroche de color y olor oigan. Pedacitos de felicidad en cada flor.

2.       Correctora editorial. Un trabajo en la sombra: una montaña de libros por leer, un sofá calentito y orejero, la lluvia golpeando el cristal y un gato ronroneando en mi regazo, un gustazo sensitivo y también una estampa estereotipada de malvado de película. El postureo llevado a su máxima expresión.

3.       Guía de museos o exposiciones. Aprenderte un guión y a partir de ahí, enriquecer tu discurso estudiando sobre personajes, obras, anécdotas. La parte negativa de este trabajo son, siendo buenos, el 50 por ciento de los visitantes: mezcla de individuos que les viene al pairo estar allí, pero por circunstancias que se les escapan acaban estando (pareja o familiar cansino que quería asistir y lo arrastró consigo, por ejemplo); hipsters que asisten porque en ese momento es la exposición de moda o alternativa del momento; o simplemente gente que se creen entendidos en la materia (en cualquier materia, en realidad), y necesitan dejarlo patente delante de una multitud, a la vez que intentan dejar en evidencia al guía, aunque den mucha vergüenza ajena, de eso nunca se percatan. Sin embargo, aunque solo fuera por un 5 por cierto de los asistentes interesados, creo que ya merece la pena este trabajo.

4.       Dependienta de librería. Si, un rollo la parte de trabajo de almacén y mula de carga, pero sería un mal menor ante la diversidad y cantidad de libros con los que estaría en contacto. La satisfacción de aconsejar y atender al público que entrara en la tienda es gratificante. Organizaría actividades alternativas: cuenta cuentos, presentaciones de libros, recitales o concursos literarios.

5.       Probadora de hoteles de ultra-mega-súper lujo. Sí, existe. Este "trabajo" lo desempeñaría solo una temporada, abusar de las cosas buenas también cansa. Probar sus spas, restaurantes, piscinas, jacuzzis… pequeños sacrificios que estaría dispuesta a asumir.

6.       Maquilladora de difuntos. No se mueven y no se quejan si al aplicarles maquillaje le pegas un pellizquito sin querer. Un trabajo tranquilo y respetable, además me he enterado de que se gana bien, no muchos están dispuestos a desempeñarlo. Pero que nadie se lleve a engaño, considero que es un trabajo muy respetable y como tal hay que tratarlo.

Fuente: Mary Vernia en Youtube.

viernes, 5 de diciembre de 2014

La linda Toulousse y el pequeño erizo Ramsés.


La linda Toulousse se sentía triste y gris como aquel día. Andaba con los hombros hacia delante, con un nubarrón de preocupaciones sobre su cabeza. Intentaba ocupar su solitarios anocheceres con pinturas oníricas, mundos imaginarios que la hacían traspasar fronteras más allá del plano terrenal. Cada trazo cobrara vida, era pura magia. Sin embargo, ese momento de felicidad ilusoria se esfumaba en segundos.

Un día de tantos, se topó en su camino hacia ninguna parte con el pequeño erizo Ramsés. El pobre se encontraba igual de perdido que ella, nadie se quería acercar a la criaturita por su aspecto. Su mirada cristalina se fijó por segundos eternamente fugaces en Toulousse, y fue un amor a primera vista que sabrían desde entonces incondicional. Supieron que se habían encontrado para darle verdadero significado a la amistad, que podrían contar el uno con el otro desde ahora en adelante, porque ya había un hacía delante. Que estarían el uno junto al otro en los claroscuros de este recorrer nuestro, que se complementarían, pero que a la vez cada cual sería un ente diferenciado.

 No estés triste ya linda Toulousse, ahora no estamos solos. Así surge la amistad, te la tropiezas un día cualquiera, porque le gusta la improvisación. –le dijo con una flamante sonrisa el ahora pequeño gran erizo Ramsés.

Fuente: web lindísimos.


Para mi linda "Toulousse", quien siempre ha querido tener un erizo.
Eva Capel

lunes, 1 de diciembre de 2014

7 cosas que me gustaría que me sucedieran o tener antes de morir y un añadido post-mortem.

  1. Que me toque la lotería. Lo suficiente para poder invertir en cosas que merezcan la pena, ayudar a la gente más cercana y repartir felicidad en forma de viajes alrededor del mundo o una casa en la playa para disfrutarla en compañía, nada de ostentación ni BMW’s, cosas que merezcan la pena recordar en la vejez.
  2. Tener un tocador. Pero supongo que la superficialidad se cubriría con el punto 1. El punto 1 realmente cubriría muchas cosas.
  3. Dormir siempre que me apetezca, sin que socialmente se me tache de vaga o suponga una merma en mi productividad. De hecho no lo hace, soy más feliz durmiendo 9-10 horas al día, pero como puede resultar una obscenidad, durante la semana me abstengo de hacerlo y me reservo para el domingo y fiestas de guardar.
  4. La teletrasportación. Nos ahorraría mucho tiempo y podríamos hacer realidad el punto 3 tranquilamente. Eso sí, sin efectos colaterales. Además, las vacaciones serían un gustazo.
  5. Teniendo en cuenta que el punto 1 se cumpliera o en su defecto, los planetas se alinearan: comer (sin preocuparme del presupuesto) durante una semana en sitios maravillosos, con comida más maravillosa aún, manjares de todas las partes del mundo, con amigos y familia, en una sobremesa sin trabas ni cortapisas de relojes amenazantes. Deleite en estado puro con cada bocado. Eso sí, sin engordar y con mesura, una cosa es probar comidas del mundo y otra muy distinta hacer una bacanal a la Antigua Roma. 
  6. Como en la película Phenomenon, pero sin necesidad de rayos de por medio ni efectos secundarios, poder aprender cuantos idiomas quisiera en apenas unos minutos. ¡Bienvenida sea a mí la Torre de Babel!
  7. Tener una salud de hierro y morir mientras duerma soñando.


+ Mi último deseo sería después del punto 7, una vez mi alma abandone mi cuerpo y en el caso de que existiera algo en el Más Allá: conocer a Freddie Mercury. Siempre me pareció un hombre del Renacimiento.

Fuente: Queen Freddie en Youtube.


Entrada procrastinada por la señoritas T y E.


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