lunes, 27 de marzo de 2017

1983


Retomo esta nostálgica sección con 1983, año Mundial de las Comunicaciones por la ONU que comenzó en sábado, y que además en el horóscopo chino se corresponde con el Cerdo o Jabalí.


¿Qué sonaba?

El año en que bandas como Bon Jovi o Red Hot Chili Peppers se formaban, veían la luz discos como Karma Chameleon de Culture Club, Déjame Solo de Los Chichos, el primer album de Madonna titulado con su nombre artístico; o 'Mucha policía, poca diversión' de Eskorbuto. También cabe recordar el batacazo Eurovisivo (ninguna novedad) que supuso Quien maneja mi barca de Remedios Amaya, con cero puntos. La canción Crisis de Alaska y Dinarama también es de aquel año, de tremenda actualidad oigan.


 Fuente: diego906m en Youtube.

¿Qué se veía?


En televisión aquel año se estrenó la serie basada en la obra La Celestina de Fernando de Rojas, protagonizada por Carmen Saura. 



Fuente: EurelioTrigueros en Youtube.

También se televisó en España la serie Fama, Battlestar Gallactica, Érase una vez... el espacio, y la existosa MASH.

En Estados Unidos se emite por primera vez el Equipo A.

En el cine nos encontramos clásicos atemporales: El regreso del Jedi, la tercera entrega de Star Wars, El sentido de la vida de los Monty Pyton y Scarface con Al Pacino y Michelle Pfeiffer.

¿Qué se llevaba?

Maquillaje a gogo, hombreras y caldados. 


Fotografía revista Glamour Marzo 1983. Fuente: Pinterest,
En moda deportiva, la serie Fama marcaba tendencia.


Debbie Allen, la actriz que interpretó a la profesora de danza Lydia Grant, en la existosa serie Fama. Fuente: Marca.


Unos van y otros vienen

Decesos: el gran cineasta Luis Buñuel muere en julio de aquel año. Recordado por siempre como uno de los directores de cine más originales y transgresores de su tiempo, siendo Un perro andaluz uno de los hitos surrealistas, en colaboración con Dalí, a quien conoció en la Residencia de Estudiantes. En nuestras retinas permanecerá siempre esta imagen:


Fotograma del cortometraje Un Chien Andalou. Fuente: RTVE.


Nos dejó además ese año el artista Joan Miró y el dramaturgo Tennessee Williams.

Nacimientos: la modelo Miranda Kerr, el cantante libanés Mika y Thor, perdón el actor Chris Hemsworth, también marido de Elsa Pataki.


Deportes

Se celebran los Juegos Panamericanos en Caracas (Venezuela), incorporándose por primera vez el tenis de mesa, y el judo y remo femeninos, competición que remonta sus inicios a 1951 en la ciudad de Buenos Aires. 

En fútbol la Liga Española la gana el Atleti Club de Bilbao, como el año anterior. Además, el Getafe Club de Fútbol se fundó en julio de aquel año.

Por otro lado, uno de los mejores tenistas de la historia, el sueco Björn Borg, se retira de la alta competición. Considerado uno de los mejores en su categoría, se convirtió en leyenda al ganar once títulos de Grand Slam, seis en Roland Garros y cinco en Wimbledon.  


Fuente: Taringa.


¿Qué se leía?

El premio Nobel de Literatura de ese año fue para el autor británico de El señor de las moscas (1954), William Golding (1911-1993). Gran defensor de la existencia de el Monstruo del lago Ness, llegó a escribir artículos en la revista Popular Science.


Se publicaron además, la Trilogía de la Libertad de Antonio Gala, Olvidar Machu-Picchu de Alberto Vázquez-Figueroa, Palabras y Letras de Francisco Ayala; Nicaragua, tan violentamente dulce de Julio Cortázar.

¿Qué ambiente se respiraba en el mundo?

- El 9 de mayo de aquel año el Papa Juan Pablo II al fin (después de casi cuatro siglos, casi nada), retira la condena de la Iglesia Católica al renacentista Galileo Galilei. De todos es sabido, que las cosas de palacio van despacio.

- ARPENET, red de computadoras, comienza a emplear el protocolo TCP/IP (conjunto de protocolos de red en los que se basa Internet y que permiten la transmisión de datos entre computadoras).

- En televisión se empiezan a emplear los gráficos por ordenador, ¡de un moderno abrumador!

- Nintendo saca su consola NES, ¡de ocho bits!


Consola NES de Nintendo: Fuente: Wikipedia.


- Margaret Tatcher, del Partido Conservador, gana las elecciones británicas. Los argentinos y el sistema de seguridad social británico pueden empezar a temblar.

- Hasta junio de este año, no se abole el uso del garrote vil tan empleado durante la dictadura franquista en España. Sin embargo, no sería hasta 1995 cuando se ratifique y prohiba su uso definitivamente.

- Dentro del contexto de la Guerra fría: la guerra ruso-afgana (1978-1992), Ariel Sharon, Ministro de Defensa de Israel dimite al ser acusado de instigar la matanza en los campos de palestinos de Sabra y Chatila en Beirut.

- Se nacionaliza Rumasa. Capitulazo para una novela rosa.

- En España gobierna el PSOE con Felipe González como presidente del gobierno.

- Aparece por primera vez el CD.

- El presidente estadounidense Ronald Reagan llama a la Unión Soviética el Imperio del Mal. Star Wars debió de marcarle mucho.

- Y lo que ahora parece un milagro para quien lo tenga: en 1983 entra en vigor una nueva ley laboral con 40 horas semanales de trabajo y 30 días de vacaciones al año. ¡Ojo! Solo hace 34 años, ¿eh?

- Se inicia el desarrollo del sistema operativo GNU, formado en su totalidad por software libre.

Continua en 1984...Pero esa es otra "historia".



Esta entrada está dedicada a NP, que ya no me lee como antes, pero sigo pensando que sí.
E. Capel

¡Feliz semana!

Fame. Remember my name. Fuente: Youtube.


Ver también:
- 1965.
- 1974.

lunes, 20 de marzo de 2017

Descubriendo el Albayzín. Leyendas y rincones. XIV. La Puerta de Elvira.

     Terminamos esta sección con la décimo cuarta entrega de Descubriendo el Albayzín, con la famosa Puerta de Elvira Arco de Elvira, el que fuera el principal acceso a la ciudad de Granada en época hispanomusulmana, y declarada Monumento Histórico Artístico Nacional desde el año 1896.


     Su nombre, Bab-Ilvira es debido a que encaminaba el recorrido hasta la antigua Medina Elvira, situada por la zona de Sierra Elvira, cerca del actual municipio de Atarfe, y capital de la cora* hasta principios del siglo XI. De hecho, su construcción dio comienzo con los sultanes ziríes, teniendo una segunda fase de construcción con Yusuf I (1333-1354), y sufriendo diferentes transformaciones a lo largo de los siglos.

Vista de la Puerta de Elvira. Autor: Rafael Garzón, ca. 1900 (Wikipedia).


     En 1613 se allanó la explanada que precedía a la puerta y se construyeron doce viviendas adosadas a la muralla, que han llegado hasta nuestros días sin apenas variaciones. A lo largo del siglo XX, han sido diversas las obras de restauración y consolidación que ha experimentado.

     Utilizada por los reyes para entrar a Granada, fueron la excepción los Reyes Católicos que para la toma de la ciudad, decidieron hacerla por la Ermita de San Sebastián, así como Felipe IV que entró por la Puerta del Rastro.

     El hecho de ser el principal acceso a la ciudad, hizo que se convirtiera en una especie de puerta-fortaleza, que en época cristiana contaría hasta con alcaide propio. Además, tuvo una gran importancia como puesto militar y aduanero, debido al paso obligado de las sedas hacia la Alcaicería en época hispanomusulmana.

     Hoy día, se conserva el gran arco flanqueado por dos torres que se pueden distinguir si miramos desde atrás, además de poder apreciar la arquitectura y elementos decorativos, los cuales que nos permiten establecer conexiones con otras puertas de la ciudad y de la Alhambra.

*División territorial.

Puerta Elvira. Autor: Paul Hermans (Wikipedia).


Espero que hayáis disfrutado descubriendo leyendas y rincones del Albayzín conmigo.
¡Feliz semana!
E. Capel


Si quieres saber más:




lunes, 13 de marzo de 2017

Un viaje a Corea (del Sur). Por la Señorita T.

Señoras y caballeros, humanos todos, esta semana tengo el inmenso placer de traeros una colaboración muy especial con la Señorita T. Nos viene a deleitar con el relato de su viaje a tierras asiáticas, más concretamente a Corea del Sur, no nos confundamos con su Norte; y con unas instantáneas que os dejarán tan impresionados como ansiosos por seguir sus pasos y vivir similares aventuras.

Con todos ustedes: Un viaje a Corea (del Sur). Por la Señorita T.

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    En esta entrada, tan especial para mí y llena de recuerdos, me encantaría hablaros de un viaje que hice hace unos meses y que llevaba tantos años anhelando: Corea del Sur. Aclarar que esta entrada no tiene nada que ver con una guía de viaje ni consejos sobre rutas, simplemente quería plasmar mi experiencia en este país. Para más información de viajes y sobre la cultura de Corea tenéis la página oficial de VisitKorea, y blogs muy bien hecho de personas que viven allí y explican a la perfección su experiencia y su día a día como Paella de Kimchi, Eurowon y Dave. Y si sois unos frikis del Kpop (música pop de Corea del Sur) tenéis el blog de Si es Destino.




    Después de mucho ahorrar, ponerme los dientes largos en innumerables ocasiones con fotografías de conocidos que habían viajado a Corea del Sur, después de mucho trabajo y lágrimas, conseguí obtener el dinero suficiente para embarcarme en esta pequeña gran aventura. Además, tuve la gran suerte de que una amiga estaba estudiando con una Erasmus allí y aproveché la visita para verla; un dos en uno. La emoción del momento en que compré los billetes de avión y reservé el alojamiento fue una minucia a los nervios previos al día en que debía iniciar mi viaje (creo que más de uno en mi entorno me quiso matar con la ‘lata’ que di). Elegí ir en Octubre, fecha ideal para viajar a este país ya que es otoño y pillaría un tiempo perfecto para hacer turismo. La elección no era casual, en Corea las temperaturas son extremas tanto en verano como en invierno hasta el punto de tener los famosos tifones o nevar en respectivas estaciones. Por lo que las mejores épocas para viajar son primavera u otoño.

   Y finalmente llegó el día.




   El vuelo fue largo y a veces un tanto pesado, ya que es ir a la otra punto del mundo, no en vano son casi 24 horas viajando. A la ida cogí el primer avión de Málaga hasta Amsterdam, 7 horas de espera en el aeropuerto de Ámsterdam-Schiphol, me dieron tiempo más que suficiente para recorrerme el lugar de punta a punta, ver tiendas, descansar en algún sillón y hasta un café en el Starbucks. Después de toda esa espera, vuelta a volar hasta Seúl (capital de Corea del Sur) durante 10 horas. Aquel tramo de vuelo se me hizo demasiado tedioso, pero intenté pasarlo medianamente ameno entre las miles de películas que tienes para elegir en la pantallita del asiento y el centenar de veces que te dan de comer. Cuando finalmente llegué, era mediodía (teniendo en cuenta que había salido de España por la mañana) y llevaba encima un buen jet lag, por lo que intenté aguantar despierta hasta la noche.

   Mi primera impresión al tocar suelo coreano fue la inmensidad de aquel lugar. La capital impresiona con todo a escala mil veces mayor que en la pequeña ciudad costera donde me he criado, así como la diversidad de gente que te encuentras por el camino. Aunque tengo que reconocer que pocos occidentales se ven por la calle, de ahí que los coreanos (o asiáticos en general) se te queden mirando como si fueras un bicho raro por la calle; al principio me sentí observada pero poco a poco me fui acostumbrando.




    Me hospedé en la zona de la universidad Konkuk, en un goshiwon (una diminuta habitación que incluye cama, escritorio, armario y tres paredes más pequeñas aún, de cristal donde se encuentra el baño, por lo que la cocina y el resto de zonas son comunes); en el cual los caseros fueron muy agradables y solícitos, por lo que a mi llegada me intentaron explicar todo lo necesario echando mano a un chapucero inglés-coreano. Mi habitación (goshiwon) se encontraba en una planta de un edificio que tenía más habitaciones como la mía, por lo que no estaba sola. Dato curioso, y que me explicaron después, es que si te encuentras a alguien en tu hospedaje no está muy bien visto saludar, por lo que directamente pasas por el lado de alguien y pasas como si no existiera. Y aunque en los quince días que estuve allí tampoco me encontré a mucha gente por los pasillos, esto se me hizo muy difícil seguir porque en España, aunque no conozcas a la persona, es de buena educación saludar.




   A lo largo de esos quince días visité muchos sitios: Myeongdong, Insadong, Itaewon, Dongdaemun, Bukchon, Namsan, Namdemun, Gangnam, Hongdae… Aunque cada uno de estos lugares tiene un encanto especial, con una magia que te atrapa y te cautiva, mi favorito por encima de todos fue Gyeongbokgung Palace (경복궁)”.














   Gyeongbokgung es un palacio localizado en la plaza de Gwanghwamun, donde se encuentra la estatua del rey Sejong el Grande (considerado el inventor de la escritura hangul, alfabeto nativo de Corea). Me impresionó la magnitud de este palacio, el colorido, la decoración y lo bien que se sigue conservando después de seiscientos años de historia. Aunque está situado en medio de rascacielos y el bullicio de la ciudad, dentro de sus jardines se respira tranquilidad y silencio; escuchas el cantar de los pajarillos y a la gente que solamente pasea por allí admirando la inmensidad de esta construcción antigua.


   En una parte del palacio se encuentra el museo en el que el visitante puede descubrir la vida, las costumbres e incluso la escritura de antaño. Toda una riqueza de colorido e historia para los ojos. Me encantó, fue una de mis visitas favoritas y la repetiría una y otra vez si volviera a Corea.

   Luego tenemos Itaewon, el barrio internacional de Seúl. Es decir, tú vas por la calle y ves las típicas afroamericanas con más “swag” del que has podido ver en tu vida, lo cual contrasta de manera bárbara con la inocencia y delicadeza que transmiten los coreanos. A cada paso te puedes encontrar tanto un restaurante mexicano, como americano o incluso francés. En las calles reinaban banderitas de todos los países, una pena no encontrar la española.






    Por otro lado, está Myeongdong, una zona demasiado concurrida y en la que me agobié demasiado a causa de toda la gente que tenía que ir esquivando a cada segundo. Es la zona  céntrica de tiendas, tanto de cosmética (en Corea levantabas una piedra y aparecían millones de tiendas de este temática), como de ropa. Una locura para todo fanático de las compras. Lo más destacable fue ver que cada escaparate o puerta estaba poblada de publicidad de ídolos coreanos. Una auténtica invasión, no se sabe hacia dónde mirar ni con cuál hacerte fotos antes (sí, en esa parte del tour mi lado friki salió a flote y no pude parar de hacerme fotos con los idols de cartón a tamaño real que había por la calle).








    Otro punto de esta ciudad que me llamó mucho la atención fue la llamada “la feria interminable” que hay por sus calles las 24 horas del día. Es decir, por el día siempre hay gente que va y viene, e intentas no chocarte con nadie porque es imposible andar con tranquilidad por las avenidas principales o callejuelas llenas de tiendas o bares. Pero la sorpresa llega cuando el sol se oculta y la noche se hace reina de la urbe. Todo lleno de luces y música diferente cada dos pasos (obviamente el 99% de la misma era coreana), ante lo cual no puedes evitar quedarte embobado con toda aquella fiesta. Me recordaba a la feria en Almería, cuando vas de atracción en atracción, maravillada por su grandeza y colorido (de ahí que a aquello lo llamaran la feria interminable, porque era así todos los días, sin descanso).







   Otra característica típica de este mágico lugar son las “ahjummas”: señoras mayores que en verano se ponen unas monumentales viseras que abarcan sombra para todo el que pase por su lado, por delante y por detrás. A estas señoras se les tiene mucho respeto, no en vano, si no les haces caso te pueden decir en pocas palabras lo maleducado que eres (gracias a Dios, no tuve ninguna mala experiencia con alguna). Muchas veces te las encuentras trabajando como dependientes en tiendecitas de barrio, más pequeñas que el baño que tenía mi goshiwon, y aunque no entendieran ni inglés ni español te atendían con gran seriedad por ser extranjero, pero educadamente tenías que darles las gracias cuando te atendían (“감사합니다”, pronunciación “kahm-sa-ham-nee-da”. Lo que viene siendo “muchas gracias”. Me grabé a fuego esa palabra).






    Por último, mi gran impresión (y lo que a día de hoy echo más de menos) fue la comida coreana. Mucha gente me había dicho que la comida de allí no era para tanto o que estaba malísima y un largo etcétera de opiniones varias y negativas. Pero me llevé una grata sorpresa al degustar su gastronomía. El único problema al que me enfrenté fue que todo lleva picante y cuando digo todo, es todo; hasta cuando decías que no le echaran picante siempre llevaba algo de cortesía. Pero en general, me encantó.

   Destacar la “barbacoa coreana”. Esta es igual a la barbacoa que todos conocemos, con la gran diferencia de que se hace en interior sobre una mesa especial para cocinar sobre ella. La carne dependiendo del sitio, puedes pedir la que quieras o elegir de una carta. Lo más común es tomar cerdo, a la cual echan especies y está muy rica a la brasa. La característica especial de la comida coreana son los miles de platillos que acompañan siempre al plato principal como: kimchi (lo más picante que he probado en mi vida), brotes de soja, arroz (siempre, siempre, siempre, nunca falla sobre la mesa), salsas, pepino amarillo, alguna sopa…





   Otros platos que me gustaron mucho y espero volver a comer fueron el Kibamp, Bibimbap (recuerdo que lo probé en un restaurante de una ahjumma en la Corea profunda, delicioso) y pollo frito acompañado de cerveza. Dato curioso es que cuando vas a comer a un restaurante, el agua es totalmente gratis y siempre puedes pedir todo lo que quieras. Un punto a favor.











    En definitiva, un viaje que volveré a repetir en un futuro. Porque aunque me faltaron mucho lugares por visitar, tanto su cultura (tan diferente a la nuestra), como la diversidad de lugares por visitar tan típicos de Asia, me enamoraron por completo y no me decepcionaron. Es un viaje que recomiendo muchísimo si os gusta conocer sitios nuevos y diferentes. Siempre viene bien dar un nuevo aire a nuestra forma de ver las cosas.


Anécdota final: A día de hoy le sigo dando gracias al hombre que me acompañó desde Seoul Station hasta casi el aeropuerto. Creo que me vió un poco perdida, con tanta maleta y mi cara de extranjera. Me ayudó a llevar las maletas, fue preguntando a todo el mundo en coreano como llegar a Incheon (aeropuerto internacional de Seúl) y traduciéndome en inglés. Se sorprendió bastante cuando le dije que era española y estaba de vacaciones, poco español se ha perdido por allí.


Tamara Capel, alias Señorita T.


lunes, 6 de marzo de 2017

Descubriendo el Albayzín. Leyendas y rincones. XIII. La casa de los Telarones o los Telares.

      La leyenda de la casa de los Telarones o los Telares ubicada en la calle San Gregorio el Alto se remonta a finales del siglo XVIII. Seguid leyendo esta decimotercera entrega de Descubriendo el Albayzín y comprenderéis que en realidad no es del todo una leyenda como se cree.

     Las gentes y vecinos del barrio creían que en aquella casa moraban trabajadores invisibles que hacían funcionar grandes telares en las oscuras noches granadinas, produciendo unas cintas preciosas que se hicieron famosas en toda la ciudad por su delicadeza y calidad. 

     Eran tales las habladurías sobre los espíritus que moraban en aquella casa, que los representantes de la justicia decidieron entrar en la vivienda para desmentir tales bulos. Su sorpresa fue mayúscula cuando se la encontraron deshabitada y sin signos de producción que delataran o dieran explicación a los ruidos nocturnos, que siguieron persistiendo. Esto hizo que los rumores aumentaran entre la población.

     Fue entonces cuando se presentó ante el alcalde del crimen, que vivía en la calle de Elvira, un pobre trabajador llegado hacía un año con sus tres hijos a Granada, y explicó la verdad detrás del misterio.

     Había alquilado una mísera habitación cercana a la llamada Casa de los Telarones, que se encontraba deshabitada y había seguido así mucho tiempo gracias a los persistentes rumores de los espíritus nocturnos. Gracias a un pasadizo que comunicaba al  gran sótano de la Casa, tejía de noche las hermosas cintas que más tarde vendía a los comerciantes de la Alcaicería. Gracias a esto, había podido hacerse con algunos ahorros.

      El alcalde del crimen se mostró benévolo con el artesano que había perfeccionado los telares granadinos y había conseguido fabricar citan tan refinadas. Lo amonestó e hizo publicar lo sucedido por todo el Albaicín, para despejar cualquier duda o rumor.

     Sin embargo, nadie creyó la versión oficial, y se siguió pensando en la Casa de los Telarones como una mansión poblada por espíritus demoníacos, motivo por el cual, los habitantes del barrio hacían de noche la señal de la cruz al pasar por su puerta.


Aljibe de Paso en la calle San Gregorio Alto [Fuente: http://legadonazari.blogspot.com.es/]

¡Feliz semana!

E. Capel


Si quieres saber más:


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