¡Feliz día del escritor en Argentina! Y algunas palabras más...

     Buenas tardes a todo el mundo. Pensaba dejar unas palabras para los que desempeñan el noble oficio de la escritura -ya sea a tiempo completo o parcial, incluso esporádico- mañana, pero las "señales", la providencia o, como quieran llamarlo, ha hecho que sea hoy cuando lo publique.

     Cada 13 de junio es el Día del Escritor en Argentina, fecha en la que nació el poeta Leopoldo Lugones en 1874. Además, fue el fundador de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE). Ignoraba tal cosa hasta hoy mismo. Lo he visto en las redes sociales y lo he asociado a lo que ya tenía en mente con anterioridad.

Mafalda by Quino.

      Y ustedes se preguntarán, ¿y esto a que viene con lo que pretendía publicar mañana señorita? Conexiones neuronales las llamo yo... Ahora verán.

      "Bicheando" por la red de redes, me encontré con la gente de Pijama Surf, en cuya página web, el autor Juan Pablo Carrillo Hernández, firma el artículo Nadie puede escribir como escribes (y esa es tu fortaleza). Recomiendo su lectura completa (para ello, solo tenéis que pinchar aquí). 

       Sin embargo, quería compartir las últimas palabras del mismo, porque por suerte vivo rodeada de gente a la que le gusta escribir como a mí. Esto va dedicado a ellos, a nosotros y, a todos los que nos gusta leeros y los que nos leéis. Porque es tan importante escribir como leer, como dice Carrillo Hernández y, porque no hace falta ser "profesional", es decir, "famosillo" y/o tener libros publicados por una editorial convencional, para considerarse escritor.

[...]En cierto sentido nadie tiene la capacidad para valorar lo que escribes porque nadie es capaz de escribir como escribes. En la escritura comprometemos lo que somos, y no exagero. Las palabras que usamos son las palabras que escuchamos en nuestra infancia, las que leímos en nuestros primeros libros, las que repetía el más querido de nuestros amigos. En las palabras que usamos está esa parte de nuestra vida que pasamos en las bibliotecas, en las salas de cine, en las calles y las cantinas y los mercados, en las correrías de madrugada. No las frases de la mujer que creíamos que nos amaba, sino las palabras que elegimos para contarnos la historia de una mujer que creíamos que nos amaba. La sintaxis desde la cual intentamos entender el mundo. Los regaños de nuestros padres y nuestros maestros. Las trasposiciones. Las metáforas. Los equívocos. Los errores. Eso, lo que somos y lo que creemos ser, lo que los otros creen que somos, lo que quisiéramos ser, lo que nunca fuimos, lo que nunca seremos, es parte de la red a veces compleja y casi siempre absurdamente simple que se vuelve real cuando escribimos.

Por eso la escritura libera.

Por eso nadie puede escribir como escribes.

Mafalda by Quino.

     ¡Que paséis un buen fin de semana!