domingo, 31 de marzo de 2013

El Bartolo y la Bartola (II). Presentaciones inesperadas.



-          ¡Ay!, ¡Chichipán, chichipán, chichipán! ¡Ay!, Chichipán, chichipán, chichipán! ¡Aaay!... –se oía con voz quejumbrosa en la lejanía, o eso pensaba Mazapán, el pequeño conejillo de Indias.

No sabía cuánto tiempo llevaba en la oscuridad ni que era lo que había ocurrido. Le costó tomar conciencia de donde estaba, le zumbaban los oídos. A duras penas logró recordar que no hacía ni veinticuatro horas que había escapado del laboratorio, y había acabado en el refugio de un pájaro chiflado que se autodenominaba Chichipán repetidas veces. De pronto algo había provocado una gran sacudida y se habían hundido en la oscuridad. Una fuerte respiración a su izquierda le hizo ponerse en alerta.

-          ¡¡Wiiiiiiiiiiiiiiiiiii!! ¡¡Wiiiiiiiiiiii!!

De pronto aquel sonido terrorífico logró callar al Chichipán y a él dar un salto en mitad de la oscuridad que le hizo golpearse la cabeza con fuerza.

Para cuando se despertó de nuevo, estaba amaneciendo y se encontraba panza arriba en mitad del campo. De pronto un pico y unos ojos de chiflado lo miraban atónitos.

-          ¿¿Pichaflán?? Madre mía, sí que estabas cansado, ¿eh? Menudo dormilón, ¿eh Bartolo? ¿Bartolo?, ¿dónde te has metido? Chichipán, chichipán, chichipán.

-         ¡Chichipán! ¡He conseguido recuperar algunos tomates! Me darás algunos, ¿verdad?
Una bestia parda con sucio pelaje se había plantado frente al conejillo:

-          Hola, déjame presentarme. Me llamo Bartolo, y soy un jabalí de raza, ¿sabes? No hay nadie tan fiero y con más pelo en el pecho que yo. Siento lo de antes… eh… me tropecé –dijo con dudosa afirmación y esquiva mirada.

-          Eh…Bu… buenos días Bartolo… menudo tropiezo, ¿no? Yo soy un conejillo de Indias, me llamo Mazapán y me escapé ayer de un laboratorio, me ahogaba, necesitaba mi espacio, ya sabes – pensó que a lo mejor había encontrado a alguien más cuerdo que el pájaro para poder entablar conversación, lo cual tampoco era muy complicado.

-          Chichipán, chichipán, chichipán –ya era raro que la voz chillona no se hubiese escuchado antes-. Bartolo… ¡eso no se lo cree nadie! A Pepín el culebrín, casi le destrozas su casa el otro día mientras intentabas entrar huyendo de los Barbudos con gorra.

-          ¿Quiénes son los Barbudos con gorra? –preguntó el pequeño Mazapán con curiosidad.

-          Así es como llamamos a los humanos. En esta época del año se dedican a dar caza a los de mi especie. Son unos aguafiestas, justo cuando estoy buscando parienta, ahora que me había aburrido de mi vida de soltero... –dijo poco convencido el “fiero” jabalí.

Se hizo un silencio incómodo. Mazapán vio la especie de casa del pájaro que lo había acogido, estaba prácticamente en ruinas. Le daba pena de Chichipán, era un pequeño loco, pero le había acogido en su hogar, incluso le había conseguido comida. Mmmm… comida, que hambre tenía.

-          ¿Por qué no comemos algo y pensamos después como reconstruir  la casa de Chichipán? –sugirió el conejillo, mientras por el rabillo del ojo veía la zanahoria que la noche anterior le había ofrecido el pájaro anfitrión, esta estaba semioculta, entre unos matorrales cercanos.

De pronto, de entre la espesura, unos ojillos acechaban al conejo. En ese momento, el jabalí Bartolo inhaló aire con todas sus fuerzas, y pareció por un momento que se quedaba sin conciencia.

-          ¡Alguien nos acecha! –afirmó el enorme mamífero.

-          ¡¡WIIIIIIIIII, WIIIIIIII!! –bramó una voz desconocida.

-          ¡AAAAAAAAAAAAAHH! – gritaron al unísono Chichipán y Mazapán, mientras se abrazaban temblorosos y Bartolo ponía cuerpo a tierra.

De pronto se hizo un silencio sepulcral.

-          ¿Hooo…la?

Parecía que unos pasos se acercaban retumbando en el suelo.

-          ¿Sigue alguien ahí?

Los pasos cada vez se oían con más intensidad.

-          Mmm… siento asustaros –los ojillos pertenecían a una gallarda jabalí.

Los tres “valientes cobardes” abrieron los ojos y miraron al frente.

-          Hola, me llamo Bartola –dijo dibujando una sonrisa amistosa.


Bartolo, Bartola, Chichipán y Mazapán. Autora: Tamara Capel.

4 comentarios:

  1. me a encantado el capitulo cuando vas a poner el siguiente capitulo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegra de que te haya gustado. Tengo pensado publicar un capítulo cada dos meses aproximadamente, aunque ya he empezado a escribir el siguiente y tengo muchas ideas para este semi-cuento (aun no sé como llamarlo). Depende también de la dibujante, me gusta incluir un dibujo al menos por capítulo. Gracias por tu comentario, sea quien seas.

      Un abrazo.

      P.D.: Por cierto, se admiten sugerencias de cualquier tipo.

      Eliminar
    2. cada 2 meses bueno y la dibujante dibuja muy bien a isthar me gusta tu blog.

      Eliminar
    3. Muchas gracias. Siento la espera, supongo que así disfrutarás más el siguiente capítulo.

      Un fuerte abrazo.

      Eliminar

Linkwithin

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...