martes, 28 de febrero de 2017

Descubriendo el Albayzín. Leyendas y rincones. XII. El campanario de la Iglesia de San Nicolás.

     En esta entrada de Descubriendo el Albayzín quería traeros un rincón del barrio con unas vistas sin igual y que todo el mundo, sea visitante o autóctono, debería conocer. Hoy hablamos del campanario de la Iglesia de San Nicolás.

     LIglesia de San Nicolás se encuentra visible desde el famoso "Mirador de San Nicolás" (otra de las visitas obligadas cuando se está en Granada, y del que hablamos en nuestra tercera entrega). Fue construida sobre una mezquita en 1525, con torre datada en 1543 recordando a los alminares hispanomusulmanes. La fachada que da al Mirador y con vistas directas a la Alhambra es del siglo XIX.

     Sus vicisitudes han sido diversas, y rayos e incendios se encuentran entre ellas. De hecho, hace algo más de cuatro años el párroco de la Iglesia tomó la decisión de cerrar el templo. Fue un domingo en mitad del oficio religioso, cuando cayó un trozo de la cubierta y, que por suerte, no afectó a ningún feligrés. Pese a su cierre temporal, el campanario puede y debe ser visitado.

     Este se encuentra situado en la esquina suroeste de la Iglesia, con planta cuadrada y con entrada desde una de las capillas laterales. Las escaleras están completamente rehechas, con un panel que advierte y recomienda prestar la máxima atención a las señales para su subida. Es una escalera estrecha de hierro que se enrosca. Una vez arriba, las vistas son espectaculares y nos daremos cuenta de que ha merecido la pena el esfuerzo, cuando tengamos ante nosotros la visión de la Alhambra y del Albaicín. Todo un regalo para los sentidos.

     LAsociación Amigos de San Nicolás, es un colectivo de voluntarios que con diferentes iniciativas está ayudando a la rehabilitación del templo. Son ellos los que detrás de una mesa situada dentro de la Iglesia, se encargan de cobrar una "entrada simbólica" de dos euros, que nos parecerá insignificante cuando arriba contemplemos Granada en todo su esplendor.

Vistas del Albaicín y la Alhambra desde el campanario de la Iglesia de San Nicolás (Autor fotografía: Staff Apartamentos Vista Alhambra y Gloria)


¡Feliz semana!

E. Capel

Si quieres saber más:



jueves, 23 de febrero de 2017

Descubriendo el Albayzín. Leyendas y rincones. XI. La piedra negra

      Existen muchas leyendas que tienen moraleja, es el caso de esta tan curiosa que os traemos en esta entrega llamada la piedra negra, que tirando de refranero popular, nos ilustra aquello de “la curiosidad mató al gato”. Disfrutad del relato.

      Corría finales del siglo XVII y en el centro  del patio circular de una de las humildes casitas de la placeta de Almez, se encontraba una enorme losa negra que no permitía que sobre ella se posase ningún cuerpo u objeto. En dicho edificio de origen árabe, se escuchaban además extraños ruidos y particulares visiones cada noche. La vivienda estaba habitada entonces por dos pobres mujeres, madre e hija, que debían soportar con estoicismo cada anochecer con miedo y pesar.

      Una de aquellas noches, decidieron ambas descubrir la procedencia de tales misterios. A media noche sus desvelos tuvieron recompensa, pues vieron media docena de enmascarados con velas encendidas, bailando alrededor de la misteriosa piedra negra en el patio. Salió en mitad de dicha danza macabra, un joven con lujosas ropas de debajo de la losa mágica. Una escalera apareció entonces tras él, haciendo ver unas suntuosas habitaciones de estilo oriental. Sospecharon entonces que el joven era un príncipe árabe de enormes riquezas. Pero las visiones cesaron a la una de la madrugada, quedando todo en silencio.

      A la noche siguiente y provistas de una gran vela, las mujeres repitieron conjuros para levantar la piedra negra. La más joven, ambiciosa y anhelando las riquezas que había visto a través de ella, decidió penetrar por la escalera una vez lograron que la losa se elevara, mientras la madre alumbraba. Pero de repente la piedra la encerró en aquel lugar, mientras a la anciana madre el cirio que sostenía la quemó por completo.

      A partir de entonces, se decía que bajo la misma losa se escuchaban amortiguados los quejidos lastimosos de la joven.

      Sin embargo, el tiempo pasó, la casa fue derribada y se sospecha que la piedra fue trasladada a un huerto cercano donde perdió el interés y su magia.

Placeta del Almez. Autor fotografía: Rafael E. Morales (http://albayzin.info/)


¡Feliz semana!


E. Capel

Si quieres saber más:



sábado, 18 de febrero de 2017

La Desbandá

  Aviso previo. Esta entrada puede tardar en cargarse, pues contiene vídeos y una galería fotográfica. Ambas podéis encontrarlas al final de la misma.

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      Esta semana y la anterior no ha habido entrada sobre Descubriendo el Albayzín, pero es que hacía tiempo que quería dedicar un post a un episodio de la Historia de España, que ocurrió un 8 de febrero de 1937, hace ahora ochenta años. Quería haber publicado el mismo día 8, pero no me da la vida, perdonadme. Intentaré ser breve (edit. al final no ha podido ser tan breve como hubiese querido, pero el tema lo merecía). Es una historia de muerte, refugiados (pasados, presentes y futuros, siempre están ahí; propios o ajenos, da igual, podemos ser nosotros mañana), penurias y algo de esperanza al final.

      Hablo de la Masacre de la Carretera Málaga-Almería, más conocida como la Desbandá o la Carretera de la Muerte, tras la entrada en la capital malagueña de las tropas franquistas durante la Guerra Civil Española (1936-1939). Los malagueños huyeron por miedo a las represalias hacia Almería, uno de los últimos bastiones que resistió fiel al gobierno de la República en Andalucía, y que habría de pagar caro tiempo después. Pero la carretera que unía y une ambas poblaciones, conocida hoy como la Nacional 340 (N-340),  fue atacada entonces por mar y aire, calculándose la muerte de entre 3000 y 5000 civiles. En el bombardeo de Guernica, símbolo de la barbarie fascista, ocurrido solo unos meses después, en abril de 1937 se calculan las víctimas en unas 1500. Sin embargo, no existe un registro oficial de víctimas mortales de la masacre ocurrida durante siete días entre la carretera de Málaga-Almería.

      La ciudad de Málaga y parte de la provincia habían quedado bajo control del gobierno republicano tras el levantamiento militar del 18 de julio de 1936, debido a las acciones de las milicias obreras que sofocaron el golpe, pero que también cometieron importantes desmanes como la destrucción del barrio de La Caleta, donde residía en su mayor parte población perteneciente a la burguesía malagueña. Sin embargo, la única vía que la comunicaba con otras zonas republicanas, era la citada carretera a Almería, vulnerable a ataques marítimos, lo cual explica que muchas veces la autoridades debieran actuar al margen del gobierno central. A todo esto, hay que sumar las inundaciones a principios del año '37 en la zona de Motril. El aislamiento pues, era notorio.

      Así las cosas, la conocida como Batalla de Málaga, dió comienzo el 17 de enero de 1937 al frente del general Queipo de Llano, desde Ronda y Algeciras principalmente. Después de varias ofensivas y tomas de control, el 3 de febrero comenzó el ataque desde la población rondeña a la capital, encontrando los franquistas una fuerte resistencia. El miedo a quedar aislados era palpable y las historias que recorrían el boca a boca sobre las tropas marroquíes que venían matando (los mayores del sur siempre los han llamado moros), eran aterradoras. Tres días después, el 6 de febrero se ordenaba la evacuación de Málaga, quedando la capital en poder de los sublevados, el día 8.

      La mayoría de los pueblos hacia Almería no ayudaron a los huidos por miedo a las represalias, que en muchos casos, también abandonaron sus casas y se unieron a la comitiva. Y pese a que la carretera de Almería no había sido cortada por el momento, quedaba expuesta a bombardeos marítimos, terrestres y aéreos, y las pésimas condiciones por la zona de Motril, hacían que el trayecto fuera altamente peligroso. De hecho, se cuenta entre los que integraban aquel tétrico desfile, que incluso el llamado Batallón Motril huía despavorido entre los refugiados. Pese a que la escuadrilla aérea España, fiel a la República, trato de defender a los huidos, tuvo poco éxito, pues además de la fuerza aérea sublevada, los buques Canarias, Baleares y Almirante Cervera, así como tanques y artíllería participaron en el ataque.

      En medio de la barbarie, el doctor canadiense Norman Bethune, que se encontraba en Valencia en aquel momento, se desplazó a Málaga con su unidad de transfusión de sangre para ayudar a la población civil durante esta funesta semana. De hecho, el único testimonio gráfico que se conserva de la Carretera de la Muerte son de su autoría. Podéis ver parte de ese material en los vídeos y la galería fotográfica que he incluido al final de esta entrada.

      Bethune y sus colaboradores, ante la barbarie que presencian, deciden deshacerse de todo el material médico y ayudar en la huída principalmente a niños y ancianos, y establecer prioridades entre los más afectados. En un artículo sobre el controvertido doctor canadiense, que aprovecho para recomendar su lectura y que podéis descargar en línea pinchando aquí, escrito por Andrés Arenas y Enrique Girón: Dr. Norman Bethune: la forja de un héroe; en el aparecen unas líneas dichas por una de esas niñas que contaba entonces con 9 años y se llama Ana Pérez Rey:


"Serían las 9 de la mañana del día 7 cuando salimos. No nos fuimos por cuestiones políticas, sino porque todo el mundo decía que venían matando a la gente, falangistas, italianos y moros [...].
Serían las 10 y media o las once de la mañana cuando empezaran a tirar. Como la carretera estaba entre el monte y la metralla y las piedras herían a las personas [...]. Todos gritaban y trataban de encontrarse pero dijeron una vez de que los heridos se fueran en un coche y, como mi tía y su madre estaban heridas, les metieron en el coche y yo me quedé sola y me perdí, así como mi hermano" (Testimonio recogido a su vez de "La Carretera de Málaga a Almería: Textos y Testimonios" de Nadal y Barranquero, pág. 49.)

      Los que no lograron llegar a Almería después de andar una semana, o porque murieron en el camino a causa del frío, hambre o los bombardeos, tuvieron que emprender el viaje de vuelta, para encontrar en Málaga el fusilamiento o la cárcel. Muchos de los que lograron llegar a destino continuaron hacia otros lugares, y otros tantos finalmente al exilio.

       Curiosamente, en los periódicos de la época de ambos bandos, no se recorre el dramático suceso. El Gobierno de la República no llegó a enviar ni efectivos ni ayuda, y los Sublevados por vergüenza igualmente callaron. Pese al silencio en torno al suceso, si se pueden encontrar referencias al mismo en la prensa extranjera, como el New York Times en el que se cifran en 150 000 los refugiados. Como dato curioso, en el ABC republicano de Madrid, se recoge la noticia de que Almería con una población de 50000 habitantes, se había multiplicado por cuatro. 

      Para saber más datos, ya sabéis que Don Google y las bibliotecas están a disposición de quien quiera saber con sentido crítico (esto último, más escaso), pero la historia que voy a contar no está ahí y conecta Málaga con Almería y esta tragedia de una manera que nunca imaginé. Permitirme este inciso.

     Era el año 2014, de visita a casa de mis padres en Almería, mi madre, mi hermana pequeña y yo, decidimos visitar los túneles de la Guerra Civil que se conservan casi intactos en la Puerta Purchena (de hecho, hay una entrada a medio escribir al respecto, que se guarda en borradores desde entonces, y que algún día lograré acabar). Reservamos con antelación, entramos el día señalado, vimos el vídeo inicial que sirve como presentación y nuestro grupo entró con la guía. Hicimos el recorrido, donde podíamos ver dibujos en las paredes de aviones bombardeando la ciudad. Infancias pasadas y muy breves. Allí el frío se siente de manera diferente. Casi al final del recorrido, se encuentra una sala con juguetes de la época, y otra con el quirófano que se improvisó en aquel lugar. De pronto la guía paró su relato y nos contó lo siguiente. En otra visita, una mujer mayor se emocionó al ver ese quirófano. Al parecer su madre siempre le contaba lo mal que lo había pasado para llegar a Almería a pie desde Málaga, y en su última etapa de embarazo. Le repetía emocionada como había dado a luz en aquel túnel, pues los bombardeos también estaban cayendo sobre la ciudad. Ella había nacido allí. Ahora sabía que todo lo que le había contado su madre era cierto, y que aquel era el lugar exacto de su nacimiento.

       Termino con estas líneas del doctor Bethune que recogió en sus diarios sobre este triste episodio histórico, porque la Historia son más que datos, son vidas:


"¿Dónde están esta noche, los sacerdotes y los cristianos de la tierra que representan Su amor y salvación?, ¿dónde están que no oyen nada de aquellos que imploran por su Dios? ¿En qué oscuro lugar han arrinconado el amor de los hombres? ¿Donde están la piedad y la conciencia de un mundo que camina hacia su destrucción...?
Ojalá tuviera mil pares de manos, y en cada mano miles de armas mortales, y miles de balas para cada arma, y cada una de las balas con el nombre de cada uno de los asesinos de niños, entonces sabría que decir". (Tomado del Diario de N. Bethune. Citado en la pág. 145 de "The Scalpel, the Sword").



Dr. Bethune con sus colaboradores con la furgoneta utilizada en la misión de rescate de Málaga, febrero de 1937. Extraída del artículo "Dr. Norman Bethune: la forja de un héroe". 
      A continuación un par de vídeos que recomiendo que veáis. No duran más de 15 minutos cada uno, y resumen gráficamente y mejor todo lo que yo haya podido escribir. Su visionado merece mucho la pena y solo será un ratito. Por los silenciados, por la gente sin ideologías que simplemente quería vivir y no fue posible, porque pudieron ser nuestros abuelos, o nosotros mismos.


La Desbandá de Málaga en 1937 (primera parte).




La Desbandá de Málaga en 1937 (segunda parte).



Galería de imágenes




Galería de imágenes extraída del blog El ángel azul.



Fuentes (no están citadas como bibliografía académica, pues este espacio no lo es):

- Barranquero Texeida, Encarnación y Prieto Borrego, Lucía: Población y guerra civil en Málaga: caída, éxodo y refugio. Centro de Ediciones de la Diputación de Málaga. 2007, Málaga.
- Artículo de Arenas, Andrés y Girón, Enrique: Dr. Norman Bethune: la forma de una héroe. En Dialnet. .  file:///C:/Users/eva/Desktop/Dialnet-DrNormanBethune-2043341.pdf    - https://es.wikipedia.org/wiki/Norman_Bethune  

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