miércoles, 22 de mayo de 2013

Cerrado por vacaciones

Volveremos con más, pero dudo que mejor, el 5 de junio. Me hubiese gustado dejar programadas un par de entradas antes de irme, pero por problemas de logística, me ha sido imposible.

Amor y felicidad para todos, ahora que estoy en plan zen.

miércoles, 15 de mayo de 2013

El Gran Gatsby.

     Vuelvo con una pseudo reseña sobre el libro El Gran Gatsby de Francis Scott Fitzgerald, publicada en 1925, en los Locos Veinte.  Puedo asegurar que no ha sido adrede, el que haya vuelto a escribir en la sección Lecturas sobre otro libro que se ha llevado al cine con anterioridad, y que además, tiene su quinta adaptación cinematográfica, pendiente de estreno este viernes 17 de mayo. No había leído nada de este autor, y lo tenía pendiente. Ha tocado así.


Fotografía extraída de: http://www.casadellibro.com/libro-el-gran-gatsby/9788433975744/1887616


     Jay Gatsby es un hombre inventado a sí mismo. Millonario y misterioso, de pronto se instala en un gran caserón en Long Island. Allí cada fin de semana del verano de 1922, se suceden fastuosas fiestas donde todo el mundo entra sin ser invitado y el champán fluye sin descanso. Sobre él circulan diversas leyendas sobre un origen un tanto dudoso, pero nadie quiere perderse estas fiestas de temporada, donde se dan cita personajes de diverso pelaje, desde estrellas del cine mudo, doctores, personalidades de la alta sociedad, etc. Pero Gatsby solo anhela una cosa, recuperar a su amor de juventud. Una chica bien, ya casada, llamada Daisy Buchanan.

     Historias de amor, adulterios, homicidio involuntario, dinero, sueños... esto y mucho más, se teje en escasas doscientas páginas, donde la tragedia se ve venir como algo inevitable en cada página, casi se respira. Sin embargo, creo que es de esas novelas que deben volver a leerse, porque con ello se saborea incluso mejor el relato y se perciben mejor sus matices. 

     Desde mi humilde opinión, no hay que ser un entendido para saber que la obra es hija de su tiempo, y que hasta cierto punto es lógico, que esta no fuera bien recibida por algunos sectores de la sociedad del momento; la misma que se veía reflejada como un ente sin escrúpulos, vacía, ególatra y materialista en el que se considera el mejor libro de Fitzgerald.

     Sé que puede parecer una reseña un poco escasa, pero denle una oportunidad al pobre de Gatsby, porque merece la pena.

Fragmento del día: "Su corazón se hallaba en constante y turbulenta agitación, temperamento creador, tenía un don para saber esperar y, sobre todo, una romántica presteza [...]" F. Scott Fitzgerald.



     

miércoles, 8 de mayo de 2013

De rodajes, Western y Sergio Leone en Almería.


     Incontables son los trenes y autobuses que he podido coger en mi diminuta existencia, vale, exagero como siempre, pero más que la media sí son. Al haber estudiado fuera, eran inevitables mis visitas más o menos frecuentes, según la época del año o temporada vital que atravesase, a mi tierra natal. Para una persona tan apegada a la tierra, a las raíces y a la familia, aunque haya veces que me pese, como yo, era realmente emotivo cuando el paisaje cambiaba abruptamente ante mis ojos. Retamas, cerros y montañas con vegetación endémica, y un paisaje desértico se extiende ante mis ojos, haciendo que destile entusiasmo y amor por esta tierra. Es algo indescriptible, amor al desierto, a los veranos más largos que recuerdo, a esta tierra rojiza que guarda en sus rincones mis recuerdos de infancia más preciados, regados de rayos de sol infinitos.




            

Desierto de Tabernas, gobernado por grillos valientes en los duros meses de verano.


     Y entre todo ese vergel terroso, el Mini Hollywood. Ese rincón tantas veces explotado, y que muy a mi pesar, desde que el Grupo Hoteles Playa S.A. lo adquiriera para exprimirlo hasta la última gota, agregando animales que se asan sin una pizca de sombra en el desierto de Tabernas (bien sean suricatos u osos pardos), un parque acuático y un batiburrillo de pseudomuseos turísticos más bien cutres, no es santo de mi devoción. El recuerdo que tengo de él en mi infancia, es mucho más generoso. Pude entonces disfrutar de un espectáculo de tiros entre el bandido y el sheriff en el saloon, de una manera genuina y bien actuada; no como ahora, que encima que debes hipotecar al canario para entrar al recinto, te ofrecen un espectáculo insulso, mastodóntico y sin línea argumental, eso sí, llena de tiros al “tun tun” y mucha carrera a caballo.



                                 


             Fotografía sacada de Flickr, del usuario CdePaz.


     Después de dejar bien claro, que no me gusta nada como tienen montado el chiringuito los señores de corbata ("Monkeys Business", que diría Queen en Living on my own http://www.youtube.com/watch?v=edzN9zKYQhI), no siempre fue así, como ya he dicho. Además, siempre nos quedará el gran olvidado, el poblado de Juan García.




                

Imposible localizar el autor de esta fotografía, pero es la más bonita que he encontrado, si se siente agraviado el responsable, que me hable ahora o calle para siempre XD.


     Muchas han sido las películas, comerciales publicitarios o series, rodadas en Almería -no solo en estos dos poblados-, la razón es simple: es un buen lugar para rodar. Clima, muchas horas de sol al día y diferentes tipos de paisajes a pocos kilómetros de distancia entre sí(playas semivírgenes, desierto, montaña…), ¿quién da más?


     Se empezó a filmar en los años ’50, pero sería en los ’60, llamada “La década prodigiosa”, cuando tuvieran lugar las grandes superproducciones como El Cid (1960) con Charlton Heston y Sofía Loren, pese a que tengo entendido que ellos no pisaron tierra almeriense, solo se rodaron algunas escenas.

     En 1962, se rodaría una película que a mí me gustaba mucho en parte contagiada por mi madre, pues salía un Miguel Bosé que pese a su breve papel, salía guapísimo y jovencísimo. Lawrence de Arabia, se rodó en estos “sures” por casualidades que suceden en esta vida. En un primer momento, el rodaje iba a ser en Jordania, pero después de ocho meses, en el país estallaron conflictos internos, lo cual obligó al equipo a buscar una alternativa para proseguir la producción. Se llegó a filmar en las dunas de Cabo de Gata, Carboneras, el desierto de Tabernas y en la propia capital. En Cabo de Gata se llegaría a rodar la escena más espectacular: la explosión de un tren. En Tabernas se construyó un oasis para la ocasión, y en el parque Nicolás Salmerón (botellodromo en nuestros días), los árabes dejaban Damasco, además de ambientar El Cairo.



                     



Fotografía sacada de: http://www.luzdelevante.com/?p=40075. Allí encontraréis más información sobre el 50º aniversario de la película en 2012.

     Pero hubo más películas que en un principio iban a ser rodadas en otros países y acabaron siendo rodadas aquí. Como Marcha o Muere (1963), que debido a los problemas financieros que padecía la 20th Century Fox para rodar en África, optaron por la opción “Almeriensis low cost”.


     Pero hay otro tipo de películas más importantes para mí. En casa, mi padre siempre ha sido un gran aficionado del Spaguetti Western, que aunque algunos puedan considerarlo como un subgénero cinematográfico, en casa siempre ha sido un género con todas las letras. Varias colecciones se exhiben en las vitrinas del comedor, así como la colección de Verano Azul en el mío… bueno, de colecciones familiares podría hablar en varias entradas.

     Estas películas que considero importantes son las del gran Sergio Leone, quien conoció Almería mientras buscaba localizaciones exteriores para otra película suya llamada Los últimos días de Pompeya (1959). Esta relación entre Almería y el director italiano, se empezó a forjar en 1964, cuando comenzó el rodaje de Por un puñado de dólares, donde el actor principal era un gran desconocido en aquel entonces, un tal Clint Eastwood. El ingrediente final lo añadiría otro grande, Ennio Morricone y sus ya memorables bandas sonoras. El rodaje duraría siete semanas y Clint Eastwood aún recuerda el trayecto en aquella España sesentera, entre Madrid y Almería, donde las casi 10 horas de trayecto por carreteras polvorientas se hacían interminables. Aunque si lo pienso fríamente, no hemos avanzado mucho desde entonces, la breve temporada que viví en Madrid, el trayecto duraba 7 horas en el tren talgo, claro que si le veo la parte positiva, el tren tiene baños y un bar donde solo de ver al camarero o camarera servir un café entre traqueteo y traqueteo, valoras un trabajo ya de por si sacrificado.



                

Que porte de buen "mocetón" tenía este Clint. Esta imagen la he sacado de un blog donde le dedica toda una entrada a la famosa Trilogía del Dólar de Leone: http://claqueta35.blogspot.com.es/2013/02/la-trilogia-de-los-dolares.html


     Volviendo al hilo, Sergio Leone debió pillarle cariño a estos lares, porque dos años después regresó para el rodaje de La muerte tenía un precio (1965). Fue para esa película, cuando se construyó el poblado que en la actualidad es conocido como Mini Hollywood.



     En 1966 remataría su famosa Trilogía del dólar, con El Bueno, el Feo y el Malo, la cual se rodó en tiempo récord, en un mes. Para esta ocasión se construyó otro poblado, el que antes he mencionado y el que se conserva en un estado más auténtico y genuino -al menos ese es el recuerdo que conservo-, el de Juan García. En 1968 Leone rodaría otra película: Hasta que llegó su hora

     Dicen que Leone nunca entendió por qué en Almería no existían estudios cinematográficos para rodar escenas internas. Ahí Leone… que poco entendiste esta tierra y sus gentes a pesar de venir muy seguido, aquí, si se hacen las cosas, se hacen, pero con tranquilidad, el clima no ayuda mucho. Además se necesita voluntad política y empresarial, y todo el mundo sabe que esas voluntades vienen desde lugares remotos como las islas Seychelles.

     Otras grandes y pequeñas producciones se sucedieron en años posteriores: la película sin pena ni gloria de Como gané la Guerra (1967) con John Lennon, 2001: Una odisea en el Espacio (1968), Patton (1970); y un buen puñado de ochenteras: Conan el bárbaro (1981), Nunca digas jamás (1983), Indiana Jones y la última cruzada (1988) y un largo etc. En la actualidad, se siguen rodando anuncios, series, y tanto películas españolas como extranjeras, pero la Época Dorada, fue en los años ’60. 


     Estas películas ayudaron a la paupérrima economía de muchas familias en esta ciudad de provincias, trabajando la mayor parte de las veces como extras.

     Al hilo de todo esto, cabe mencionar El Festival Internacional de Cortometrajes: Almería en Corto,que se celebra anualmente y que nació hace más de diez años, acompañado no solo del visionado de las cintas, sino con actividades relacionadas. Cada año se homenajea a alguna personalidad del mundo del cine, como Claudia Cardinale o Geraldine Chaplin, y por supuesto, Sergio Leone, entre otros.


Sergio Leone © RR


     Y con esas casualidades que forman parte de la vida cotidiana, justo cuando me decidí a escribir esta entrada, en mí tablón de Facebook empezó a aparecer información desde la página de la organización del Festival, y justo hoy, han aparecido las bases para un concurso sobre el diseño de la imagen corporativa del festival de este año. El plazo comienza hoy día 8 de mayo y termina el 28 del mismo mes. Dejo el enlace por sí, por otras casualidades de la vida, alguien se topa con este pequeño blog y decide participar. http://www.dipalme.org/Servicios/Tablon/Tablon.nsf/91ce5e2bd0967392c1256a0e003d1007/3951eb9d3e95df8ec1257b65002da6fa?OpenDocument
     
     He tenido que filtrar mil datos para esta entrada, es que hay tantas cosas curiosas… Media vida viviendo aquí, e ignorante de mí no sabía que teníamos una calle dedicada a Sergio Leone en Almería.

     Os dejo con la página del Ayuntamiento de Tabernas para quien se aburra y quiera saciar su curiosidad con los poblados del Oeste almeriense: http://www.ayuntamientodetabernas.es/Tabernas/Turismo/Poblados-del-oeste.html

Y como no, el video del día: El clásico entre los clásicos. El tema más conocido de la banda sonora de Por un puñado de dólares de Ennio Morricone, porque Padre, si has llegado hasta aquí, te mereces un descanso con música XD. 

[Editado: jajajajaja, no sé si soy yo, pero mirad atentamente el video. Se mueven los ojitos al ritmo de la música, ¿no?]



miércoles, 1 de mayo de 2013

La Belleza.

     A la señorita T, por su edad y sus intereses, al preguntarle qué clase de entradas quería leer en el blog, me dijo que sobre belleza. Yo entusiasmada le respondí que llevaba un tiempo recopilando artículos referentes a éste tema, pero desde un punto de vista sociológico e histórico. Pero no, ella se refería a productos de belleza, simple y llanamente. Como le dije en su momento y me vuelvo a reafirmar, existen infinidad de “gurus” de los cosméticos en la red. No niego que no sea una servidora, una presumida redomada y que me encante el tema, pero no creo que la belleza tenga que ver con un tarro de crema en sí, sino en lo que pueda llegar a representar para nosotros un trocito de supuesta piedra filosofal. 

     Así pues, abordar esta entrada no se hace a priori, nada fácil. ¿Pues de que hablo?, ¿de las mascarillas faciales naturales que tanto me gustan, del último truco de maquillaje que he aprendido, de formas “infalibles” para aliviar la hinchazón en los párpados? ¿De qué sirve todo eso si, uno no empieza a quererse y verse frente al espejo tal cual es, para darse cuenta con meridiana claridad que la belleza es subjetiva?

     Hubo una época en la que me costaba mirarme al espejo… era un momento en el cual simplemente mirarme de soslayo mientras me cepillaba los dientes en el baño, me resultaba terriblemente incómodo. Dos años tardé en obligarme a mirarme de frente, sin miradas esquivas… para superar toda una joven vida sin aceptarme, y otra por delante para mirarme de frente todos los días, aunque pase por los peores minutos de mi vida. Justamente esos son los momentos en los que más necesito hacer ese ejercicio íntimo y sin intermediarios. 



Joven delante del espejo de Balthus (1955). Metropolitan Museum of Art. Fotografía extraída de http://www.artehistoria.jcyl.es/v2/obras/17817.htm

     No creo que nadie se atreva hoy día a contradecir la idea de que cada época trae consigo un patrón estético y un ideal de belleza, que en cierta medida nos condiciona. En la antigua Grecia, Platón aseguraba que la belleza verdadera residía en el alma, a la cual solo era posible acceder si se adentraba en su conocimiento, por tanto, dicha belleza se relacionaba –como también ocurre en la actualidad- con el bien, y en contraste, la fealdad con el mal. La Edad Media lo cubrió todo de culpa, temerosidad hacia Dios y de recelo por lo bello, hasta que en el Renacimiento asistimos a El Nacimiento de la Venus de Botticelli, vaticinando la llegada de la belleza al mundo, sin tantas trabas religiosas. 



El Nacimiento de Venus de Sandro Botticelli (1483-1484). Galería de los Uffizi, Florencia. Fotografía extraída de http://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Botticelli_Venus.jpg

     La Edad Moderna asoció la estatus social de la mujer a la belleza, identificada con una piel blanca, pelo rubio, labios y mejillas rojas, cejas negras, cuello y manos largas y finas, pies pequeños y cintura delicada. A mí me parece más bien una lista tan interminable de supuestas “cualidades”, como la que la dictadura de los medios y la sociedad nos hace llegar hoy día: estar delgada, atlética, cutis cuidado, sin manchas, joven a pesar de ser bisabuela, sonrisa inmaculada, cintura de avispa, piel tersa y bronceada… Uf, que mareo. ¿Dónde queda la individualidad? Este modelo estético se hace cada vez más exigente.
     Hay algo que me rondaba la cabeza mientras leía sobre el tema: que el canon de belleza proviene de occidente, ¿acaso la belleza oriental no es igual de hermosa que la negra? Ni siquiera siendo europea, me identifico con el paradigma de lo bello… Mis voluptuosas caderas, mi piel blanca y mi pecho en su justa medida a mi parecer, no hacen que me ajuste a ese supuesto canon actual.
     Me gusta mucho la introducción que hacen el cirujano Nicolás Heredia y la antropóloga Gladys Espejo en un artículo titulado la Historia de la belleza:

"Todo, absolutamente todo en el universo posee una belleza (hasta lo feo). Desde las artes, pasando por la naturaleza las máquinas, la obra más perfecta y bella es el cuerpo humano. Este ha sido materia de investigación desde diferentes disciplinas. A través del tiempo, se ha tratado el tema de la estética, no sólo desde las artes, sino desde la literatura, la filosofía, y ahora, la medicina. Ambos términos logran estar juntos en diferentes épocas de la historia, hablando desde diferentes perspectivas".

     Por tanto, no se puede hablar de una belleza universal, cada cual posee su propia identidad. Así lo creo firmemente. Si la tendencia actual es la inmortalidad y evitar la vejez del cuerpo en cualquiera de sus manifestaciones, ¿nos queda tiempo para vivir? Y por otro lado, ¿podría la belleza prescindir de la aprobación social?

     Es curioso, como los padres de la humanidad, representaron la primera figura conocida de un cuerpo femenino, con sus curvas voluptuosas y fértiles. (Perdonen mis divagaciones, este blog no se hizo para concisos). 


La Venus de Willendorf. Museo de Historia Natural de Viena. Fotografía extraída de http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Venus_of_Willendorf_frontview_retouched_2.jpg


 
     Ahora se tiende a la homogeneización de lo bello, lo cual bien podría ser una consecuencia de la globalización a la que asistimos en la actualidad en prácticamente todos los ámbitos de nuestra vida. Por supuesto, el cine, la prensa, la televisión e internet, han contribuido a una mayor difusión de lo que es más bello y de lo que no. El objetivo no debería ser parecernos entre todos, como ocurre en la novela de Aldous Huxley, Un mundo feliz, que además de otras consideraciones que hacen de la obra una de las grandes del siglo XX, veo en el personaje de Lenina, una ciudadana feliz y “neumática”, que hace lo que se espera de ella socialmente… una homogenización espeluznante de la raza en todos los niveles, no sólo en la estética evidentemente. 

     En contraposición a dicha homogeneización, asistimos a tímidas pero valiosas iniciativas, ya sean más anónimas o de grandes empresas cosméticas, que al fin y al cabo buscan el beneficio económico, no hay que llevarse a engaño, pero que han comprendido que en la diversidad puede estar el éxito en las ventas, a través de la identificación de un público más “real” y heterogéneo con la marca. Mientras escribo esto, me viene a la mente el vídeo que estas semanas ha hecho circular la empresa Dove por las redes sociales. La empresa lleva un tiempo con su campaña por la belleza real. El último vídeo es un claro ejemplo del concepto negativo que tenemos de nosotros mismos, y lo que realmente ven los demás. Es en inglés pero se entiende muy bien. Un artista forense pide a las voluntarias que se describan físicamente, mientras él las retrata según sus indicaciones sin poder verse entre sí. Más tarde, realiza otro dibujo de la misma persona, pero como esta es vista por otras personas. El resultado salta a la vista. Merece la pena visualizarlo.



                                               Dove Real Beauty Sketches. 

     Es una marca cosmética, no me olvido de ello, pero me encanta el mensaje final: You are more beautiful than you think (Eres más hermosa de lo que piensas).

     Si la señorita T aún sigue por aquí –siento mis desvaríos teóricos-, le diré que lo mejor para ser y estar bella es sonreír; que somos lo que comemos; que es mejor reducir el consumo de alcohol –pero que siempre habrá excepciones que nos alegren en un evento especial-; que la fruta y la verdura si es de la huerta es mucho mejor; que no creas nunca lo que leas en medios de comunicación, blogs –incluido este- o te digan los demás sobre lo que es bello y no, dependerá de cada punto de vista; que intentes hacer ejercicio y cuidarte la piel del sol porque es el mejor remedio antiedad que existe; que a partir de los 20 es bueno usar cremas y limpiadoras adecuadas a nuestro tipo de piel; que una buena mascarilla casera con productos naturales nos alegran los sentidos… y que por supuesto, de todas estas obviedades, al menos haz caso en lo de sonreír, una sonrisa sincera y con ganas de vivir es lo que hará que nuestra existencia merezca la pena, no solo para nosotros mismos, sino también para los demás, para la gente que de verdad nos importa. Esto es, ser feliz al fin y al cabo.

     Todo esto puede hacer que nos veamos y nos vean bellos, pero encontrarás otras cosas bellas en la vida. Un gesto gracioso, una mirada, ese bizcocho tan rico que hace mamá, el chocolate fundido, la primavera en la casa de los abuelos en el campo, un abrazo, un regalo inesperado, un buen libro, una canción con miles de recuerdos impresos… la lista es infinita, y esta si te deja vivir.

     Dime, ahora tú que has leído hasta el final: ¿qué es para ti la belleza?

Viñeta de humor del día: La belleza es efímera encontrado en  http://martautopia.blogspot.com.es/2009/07/la-belleza-es-efimera.html 



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